El radiador del coche es una de las piezas que componen el sistema de refrigeración. Su principal cometido es evitar que el motor se caliente en exceso, circunstancia que podría provocar el deterioro de determinadas partes del motor como, por ejemplo, la junta de culata. Para evitar contratiempos de este tipo, no debemos descuidar el mantenimiento de esta pieza.
Algunos hábitos importantes para el buen funcionamiento del radiador
Con algunas sencillas rutinas podemos evitar averías que pueden traer serias consecuencias como el que nos quedemos tirados en la cuneta de una carretera por sobrecalentamiento del motor.
✔️Hacer revisiones periódicas del líquido refrigerante
Los expertos recomiendan que cada 20.000 kilómetros se revise el nivel del líquido refrigerante. Si notamos que se produce alguna pérdida de este fluido, puede ser que haya alguna pequeña fuga en el sistema. En ese caso debemos llevar el coche a un taller inmediatamente.
✔️Mantener una limpieza correcta del intercambiador de calor
Mantener una correcta higiene es otra de las rutinas que va a alargar la vida útil de esta parte del sistema de refrigeración. Un primer paso es la limpieza con un cepillo, agua y jabón. Hemos de tener en cuenta que este componente puede acumular mucha suciedad, tanto por polvo como por los insectos que van impactando en los viajes por carretera. El saneamiento ha de realizarse en el sentido de las rejillas. De no hacerlo así, dichas rejillas se podrían dañar.
✔️Comprobar el estado de mangueras y abrazaderas
A la vez que limpiamos el radiador debemos comprobar si algún manguito, abrazadera o la tapa de la pieza tienen algún tipo de daño que pueda provocar fugas. Si es así habría que sustituirlas rápidamente.
Pequeños gestos que evitan percances
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